TODOS AL 2026

Ni bien asumió el mando del gobierno aquel 7 de diciembre de año pasado, doña Dina Boluarte Zegarra declaró ante la prensa que se quedaría en el poder hasta el 2026. De inmediato hubo reacciones, algunas virulentas por lo que a las cuarenta y ochos horas tuvo que recular, afirmando estar presentando en ese momento un proyecto de ley para el adelanto de elecciones generales en el 2024. Luego de idas y venidas en el Congreso, esta propuesta no prosperó. Sin embargo, el último jueves, finalizado el Consejo de Ministros, la mandataria volvió a expresar que se quedará trabajando hasta el 2026. ¿Lo logrará?. Veamos.

Como es de público conocimiento, desde el día uno tuvo que soportar la ira de grupos violentistas vinculados a la izquierda y caviares. Protestas que incluyeron bloqueos de carreteras, destrucción de propiedad pública y privada, entre otras repulsivas acciones, repelidas legalmente por las fuerzas del orden, ocasionando 60 muertos, sin considerar a los policías y militares caídos en el cumplimiento del deber. Más aún, estos mismos desadaptados anunciaron para el mes siguiente la autodenomina “tercera toma de Lima”, pretendiendo con ello generar presión y/o temor en el Ejecutivo. Paralelamente, en marzo pasado se presentaron torrenciales lluvias (ciclón Yaku), sobre todo al norte del país, con pérdidas económicas por más de S/ 1,300 millones. Inclusive en este momento está destinándose una partida presupuestal de S/ 1,200 millones para atender el casi inminente “fenómeno del niño costero”.

Asimismo, le ha caído un cargamontón presidencial a nivel regional, principalmente de los Jefes de Estado de México y Colombia. En el caso de Andrés Manuel López Obrador, éste se atrevió a insultarla llamándola “presidente espuria”, y hasta hoy (más de 6 meses de vencido el periodo) se niega a entregar la Presidencia Pro Tempore de la Alianza del Pacífico. Y, como era de esperar, ningún organismo internacional (ONU, OEA, etc.) salió en defensa de nuestra patria. Pero eso sí, fue precisamente la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, quién emitió un Informe sesgado responsabilizando al Estado peruano de violaciones a los derechos humanos de los violentistas que azuzaron el Perú meses atrás. Además, no tiene respaldo formal de alguna bancada en el Parlamento, teniendo que establecer conversaciones (y unir puntos en común) con cada organización política ahí representada. Aún así, hay legisladores que vociferan exigiendo la salida de la señora Dina, agregando no sentirse parte de este poder del Estado, pero que irónicamente siguen cobrando puntualmente sus emolumentos.

 

Probablemente en un mediano (o corto) plazo haya cambios en el gabinete Otárola. Y no solo porque sea un pedido expreso de la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, sino que con ello evitaría un mayor desgaste al interior del gobierno. Ya lo hizo antes, y acaba de suceder con la renuncia aceptada de Rosa Gutiérrez al portafolio de Salud. Estaba cantada desde hace días por el pésimo manejo del dengue que conllevó la pérdida de 200 compatriotas.

 

En resumen, Dina Boluarte Zegarra se quedará hasta el 2026. Y con ella todos los Congresistas. 

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