Y HASTA QUE SE VAYA PEDRO ¿QUÉ HACEMOS?
Como era previsible, el Parlamento no logró el desafuero de Pedro Castillo Terrones de la Presidencia de la República. Horas antes ya se sabía, o al menos eso se intuía. Las posturas políticas-ideológicas de algunos legisladores (en particular de aquellos afines al oficialismo) así lo demostraban. Fueron 55 votos a favor, 54 en contra, y 19 indecisos. De estos últimos puede decirse que tal dubitación se debió a dos factores: miedo o promesa de recompensa. En lo primero, existe temor a que luego de la vacancia se convoque a elecciones generales, y como muchos de ellos recién están debutando en el quehacer político (por no decir que son desconocidos para la opinión pública), probablemente de postular no saldrían elegidos. La sola idea de perder ese jugoso sueldo, más oficina, chofer, secretaria, asesores, asistentes, viajes de representación, entre otras gollerías, habría desanimado a más de uno de apretar el botón verde. Y de lo segundo, es evidente que “LOS NIÑOS” (grupo de parlamenta