¿PORQUÉ SIGUE LIBRE MARTÍN VIZCARRA?

La Libertad es un derecho constitucionalmente protegido. La Presunción de Inocencia también. Aunque como todo derecho, salvo la vida, no es absoluto. Por ello, la norma penal ha previsto la aplicación de dos figuras jurídicas que limitan al ciudadano el ejercicio de estos derechos: la Detención Preliminar y la Prisión Preventiva. Ambas, pueden darse en el curso de una investigación fiscal o proceso judicial. Además es la última ratio; es decir, por regla general toda persona debe permanecer libre en tanto no se le demuestre culpabilidad, puesto que de haber pisado la cárcel antes de dictársele sentencia, y la misma demostrase absolución, el daño sufrido sería en algunos casos irreparable (afectación al honor, pérdida de empleo, entre otros). En esto hay, sin temor al error, unanimidad.

Pero, “el pecado del resto no hace santo a los demás”, reza un dicho. Y sí, Pedro Castillo Terrones, el irreflexivo Presidente tiene sus defectos, horrores y presuntos delitos que viene cometiendo; sin embargo, el caso de Martín Alberto Vizcarra Cornejo es a todas luces, de florilegio. Inhabilitado para el desempeño de la función pública por parte del Congreso de la República hasta en dos oportunidades, procesado por actos de corrupción, vive -literalmente- sano y salvo; ergo, sin preocupación alguna. Se pasea por distintos puntos del país en actividades proselitistas (y en ocasiones no, como lo ocurrido en mayo pasado en la ciudad imperial), y concede entrevistas en las que inclusive se atreve a opinar y/o aconsejar en asuntos de coyuntura. Ejemplo de ello es cuando hace poco más de una semana tuiteó “La crisis política se agrava, y con ello la situación del pueblo peruano. Demandamos responsabilidad y decisiones de nuestras autoridades para encontrar la salida constitución”. ¡Sinvergüenza!, por decirlo menos y de la manera más educada.

Adicionalmente, los medios de comunicación han dado cuenta de la aprobación del acuerdo de colaboración eficaz de José Manuel Hernández en el que se declaró culpable de ser intermediario entre la constructora Ingenieros Civiles y Contratistas Generales S.A. (ICCGSA) y su exjefe por un supuesto soborno a favor de este último de S/ 1.3 millones. En su defensa, el mitómano exgobernante declaró “……, no hay ningún inconveniente en que pueda él (Hernández) acogerse a una colaboración eficaz porque finalmente lo que va ser es constituirse como un testigo más el cual será sometido a un interrogatorio y por parte nuestra, obviamente a un contrainterrogatorio” (INFOBAE, 17 de agosto de 2022). Nuevamente, ¡tunante!.

Martín Vizcarra pareciera tener suerte. Hasta podría decirse que nació con la “estrella de Belén” sobre su cabeza. Pero no. La cosa es más simple de definir. Es un embustero, timador, bribón, etc., que aún encandila a cierto sector de la población con una narrativa ya gastada, y cada menos creíble. Cree estar del lado de la historia. Claro, siempre y cuando sea algún cobista la persona encargada de escribirla.

Recientemente, Elvia Barrios Alvarado, Titular del Poder Judicial, declaró que esta institución es apolítica. Si es así como lacónicamente lo afirma, dos preguntas quedan en el tintero. ¿porqué sigue libre? Y la segunda, ¿hasta cuándo?. Pruebas hay, y de sobra.

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