LA EXSECRETARIA HA DECIDIDO QUE HACER

Contra varios (por no decir casi todos) pronósticos, Pedro Castillo Terrones ha cumplido cinco meses en el poder. Y vaya la manera de celebrarlo que aprovechando el feriado largo decretado por él mismo para darse una “escapada” a su natal Puña (Chota) y pasar la navidad en familia, mientras que el resto de los mortales fuimos impedidos de hacer lo mismo. Tan ocupado anduvo nuestro asendereado mandatario que casi una semana después designó a Rosendo Serna Román al frente del ministerio de Educación, en reemplazo del censurado Carlos Gallardo, además de figurar como militante de Juntos por el Perú (JPP), agrupación política encabezada por la excandidata Verónika Mendoza. Horas antes de tal nombramiento, Castillo se reunió en Palacio con diversos líderes políticos, entre ellos con la señora Mendoza. ¿Coincidencia?. Veamos.

Es harto conocida las simpatías y hasta el apoyo decidido de “La Vero” al gobierno comunista. Razones, en apariencia, no le faltan. Recordemos que la lideresa de izquierda ingresó a la política en el 2007 como militante del entonces Partido Nacionalista Peruano, tras conocer a la que luego fuera la pareja presidencial (Humala-Heredia) en Francia, cumpliendo funciones de Coordinadora de Comités de Apoyo Internacional, Secretaria de Prensa de Juventudes, vocera de la Comisión de la Mujer, entre otros. En el 2011, postuló por el partido Gana Perú alcanzando una curul desempeñándose como vicepresidente de la Comisión de Cultura y Patrimonio Cultural del Congreso. Cinco años después alcanzó su mejor performance política en las elecciones generales al lograr el 18% de votación en primera vuelta, quedando en un meritorio tercer lugar, detrás de Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski. Para la segunda vuelta mostró su decidido apoyo a PPK, aunque al poco tiempo pidió su vacancia en más de una oportunidad.

Retornando al escenario político actual, en mayo último tuvo palabras de elogio al entonces candidato Castillo al considerar que existía sobre él una “excesiva demonización y estigmatización”. Ya en el Ejecutivo, la señora Mendoza mantuvo un perfil bajo, reuniéndose con el Presidente en contadas ocasiones. Su estrategia, invariablemente, ha sido la de llenar espacios, pues esperó pacientemente el desgaste y alejamiento del padre político del profesor, Vladimir Cerrón, con Guido Bellido como Premier, obligando a Castillo a compartir el poder con la caviarada, representada por Mirtha Vásquez, logrando con ello colocar a varios personajes afines en distintos ministerios: Cevallos (Salud), Francke (Economía), Durand (Mujer), Sánchez (Comercio Exterior), y Ortiz (Cultura), así como el recientemente incorporado Serna.

Paralelamente, a través de las redes sociales se ha mostrado abiertamente en contra de la moción de vacancia argumentando que esta figura jurídica está promovida por “algunos sectores antidemocráticos, fascistas y corruptos”. Irónicamente, en la acera de al frente, sus otrora socios como Cerrón declaró que los “Caviares critican a la derecha acusándolos que quieren gobernar sin haber ganado las elecciones, como si ellos no estarían gobernando sin haberlas ganado”; mientras que el Parlamentario Guido Bellido manifestó que “A estas horas de la noche …… estoy seguro que los caviares te darán la estocada final, recuerda a quienes te dijeron aléjate de Perú Libre, sin embargo, nosotros te advertimos y te dijimos tantas veces mantente firme”. Hoy, de poco o nada sirven esas palabras.

Cierto, “La Vero” no ha llegado a ser Presidente. Probablemente nunca lo sea. No importa, no lo necesita, toda vez que ha sabido ubicarse muy bien en la actual coyuntura política, colocando gente allegada en puestos estratégicos. La exsecretaria ha decidido que hacer, y esto significa apoyar al mandatario, a lo que cueste. Total, siempre saldrá ganando.