MAS ALLA DEL DESEO, LA NECESIDAD DE LA RENUNCIA
MARTÍN ALBERTO
VIZCARRA CORNEJO
no abdicará al cargo de Presidente de la República. ¿Por qué no?. La pregunta es
¿Por qué habría de hacerlo?. Veamos: En el 2014 dejó la gobernación regional de
Moquegua con el 91.1% de ejecución del gasto (PIM de S/. 569´646,659); es
decir, un meridiano éxito, aunque teniendo en consideración que aquel año la
población en dicha región fue de 178,612 [1]. Cerca de un año
después (diciembre de 2015), PPK presentó su plancha presidencial nombrándolo como
candidato a Primer Vicepresidente. Una vez en el poder, PPK lo designó Ministro de Transportes y Comunicaciones
(agosto de 2016), cargo que tuvo que renunciar (mayo de 2017) en medio de
cuestionamientos por parte de la Contraloría General de la República al haber
participado en la irregular firma de la adenda del contrato de Chinchero. Casi
de inmediato (septiembre de 2017) tuvo su autoexilio dorado como embajador en
Canadá, que le valió -y mucho- el no
estar expuesto a la -hasta ese momento-
demoledora oposición fujimorista. Y, aceptada la renuncia de PPK (marzo de
2018), fue investido por el Parlamento como Presidente de la República para
completar el periodo hasta el 28 de julio de 2021.
Transcurrido 16 meses de gobierno, el señor Vizcarra anunció
-y presentó luego al Congreso- un
pedido de adelanto de elecciones generales para el 28 de julio de 2020. ¿Qué
ocurrió, o mejor dicho que tuvo que pasar para que el vigoroso Presidente renuncie
a seguir gobernándonos?. LA PERSONALIDAD
DEL SEÑOR VIZCARRA. No está en discusión su actuar como esposo, hijo,
padre, hermano, amigo, etc., pues ello corresponde al ámbito de la intimidad
(salvo que colisione con el desempeñó de la función presidencial, siendo claro ejemplo
Nadine Heredia), sino su comportamiento como el PRIMER CIUDADANO DEL PAÍS. El profesor canadiense Laurence
J. Peter afirmó -en la teoría conocida
como el
“Principio de
Peter”- que "en una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de
incompetencia". Así, por analogía asumimos que
“no todos nacen para ser Presidente”,
vale decir, no es suficiente las buenas intenciones para dirigir los destinos
de una nación, y con mayor razón tan complejo como el nuestro. Entonces, el
señor Vizcarra muestra -como parte de su
personalidad- actitudes que antagonizan con la imagen de estadista que
debiera ostentar: i) Discurso monotemático repitiendo hasta el hartazgo la
frase “luchar contra la corrupción”; ii) Irrespeto al Congreso quebrando el
orden constitucional (check and balances);
iii) Irrumpe en otros poderes del Estado, exigiendo la destitución del señor
Pedro Chávarry como Fiscal de la Nación -y
lo logró- para luego promover mediáticamente su encarcelamiento; además del
decidido respaldo al controvertido dúo fiscal Vela-Pérez; iv) Mitómano, siendo
el emblemático caso de Tía María en el que declaró apoyar la inversión y en
paralelo negociando con los radicales antimineros -incluidos autoridades políticas arequipeñas- para boicotear dicho
proyecto minero; v) hedonista, vive el día a día atraído por el aplausómetro de
la calle y las encuestocracias que elevan sospechosamente su popularidad; y vi)
Confrontacional.
Esta última actitud sea quizá la más perniciosa
de todas las nombradas. No solo la oposición cuestiona su desempeño, sino sus
otroras aliados (la agonizante bancada oficialista ha quedado mermada a solo 4
integrantes, renunciando tres importantes Congresistas como Mercedes Araoz, Ana
María Choquehuanca y Carlos Bruce, e incorporando a la controvertida Yesenia
Ponce; la forzada renuncia de Carlos Bruce y Salvador Heresi a los Ministerios
de Vivienda, Construcción y Saneamiento, y de Justicia y Derechos Humanos,
respectivamente; y, últimamente, las desatinadas declaraciones del Premier Del
Solar contra la Vicepresidenta Mercedes Araoz a raíz de la comentada renuncia,
así como las hilarantes diatribas de la Ministra Montenegro en contra del
Presidente del Congreso).
Además
resulta predecible, prueba de ello es el despido del Asesor de la
Vicepresidencia en un evidente “ajuste de
cuentas” en contra de la señora Araoz, provocando con ello su renuncia, con
lo cual queda expedito el señor Vizcarra para: i) renunciar y que el Presidente
del Congreso convoque a elecciones (Artículo 115° de la Constitución Política);
o ii) someter al Parlamento a un amago de renuncia hasta el 28 de julio de
2021, lo que significará que nuestro accidental presidente siga haciendo
literalmente “lo que le da la gana”, traducido
ello en ningún beneficio al país.
Tampoco reculará. No está en su vocablo el reconocer
errores (menos pedir disculpas, diciendo “me equivoqué”), máxime si ya se habrá
dado cuenta que por acciones menos virulentas, ex-mandatarios (incluyendo a
Keiko como ex-candidata y líder) están encarcelados o con serios procesos
judiciales.
Al
otro lado de la acera, la economía seguirá ralentizada, ineficiente ejecución
del gasto público (Vg. La Contraloría General de la República advirtió que las
obras de reconstrucción del norte han registrado avance de apenas 15% al mes de
abril de 2019 [2]); incremento del nivel de violencia
existente (Vg. Saqueo y quema de las oficinas de la empresa Corporación Nacional de Petróleo de China con pérdidas superiores a los
US$. 30 millones, con presunta participación directa del Alcalde de el Alto,
Piura [3], ante la pasmosa indiferencia del gobierno). Eso sí, se ha acrecentado
los gastos en publicidad estatal (en
S/. 168 millones que representan el 39% respecto del PIA 2019) [4], y en consultoría
y asesorías (entre enero y julio se
gastó más de S/. 586 millones, monto que es 14% superior que lo ejecutado hace
un año) [5].
En suma, Martín Vizcarra sin talante político
alguno, y nuestro país paralizado con
signos evidentes de retroceso [6].
Carl
Bard dijo “Aunque nadie puede volver atrás y hacer un nuevo comienzo, cualquiera
puede comenzar a partir de ahora y crear un nuevo final”. Lo que pudiésemos
desear (Vizcarra entregando el mando el 2021), no es lo que necesitamos.
La renuncia
del señor Vizcarra, aceptada por el Parlamento, y la sucesión presidencial de la
señora Araoz para completar el periodo electo al 28 de julio de 2021, es lo que
el Perú -que somos todos, incluidos
nuestros hijos y nietos- se merece.
[6] “La combinación de la caída de la confianza
empresarial, la incertidumbre política y las protestas mineras podría conducir
a una menor inversión en el segundo semestre de este año”, aseguró Martín Valencia,
analista del Instituto Peruano de Economía. “El gobierno debe actuar para evitar la propagación del pánico”. En https://gestion.pe/economia/bloomberg-peru-tiene-crecimiento-economico-mas-lento-desde-el-2009-noticia/.
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