PADRE NO HAY MÁS QUE UNO

A inicios del presente mes, el dominical Cuarto Poder reveló la existencia de un informal helipuerto construido sobre los terrenos de los padres de Pedro Castillo Terrones en Cajamarca con la evidente finalidad que su retoño pueda visitarlos. Al ser preguntado, José Luis Gavidia, Titular de Defensa, minimizó el hecho agregando “No es una gran obra de infraestructura que debe tener las certificaciones del MTC”. Días después, en pleno Consejo de Ministros descentralizado, el Presidente del Consejo de Ministros, Aníbal Torres, criticó el rol que cumplen las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional del Perú en la pacificación del país, obteniendo una rotunda respuesta de rechazo por parte del Comando Conjunto de las FFAA, a la que sumó fríamente el señor Gavidia. Paralelamente, el levantisco Torres pretendió rectificarse de lo anteriormente dicho, siendo fervorosamente replicado (y casi aplaudido) por el propio Gavidia.

Y, cuando las cosas parecían tranquilizarse en el portafolio ubicado en la avenida La Peruanidad, un nuevo follón apareció el último domingo: El pasado 13 de marzo, Gavidia viajó a Huánuco para participar del inicio del año escolar, acompañado de sus tres hijas (de 11, 15 y 31 años de edad), quedándose en dicha ciudad por 3 días. De inmediato, el Comunicado del MINDEF intentó justificarlo señalando “Fueron incluidas en dichos vuelos sus hijas, debido a que para esa fecha él tenía que cumplir con su cuidad parental, de acuerdo al régimen de visitas asumido”. Minutos después, la excusa de Gavidia fue en el mismo sentido.

En primer lugar, Gavidia hace alusión al “régimen de visitas”. ¿Aplica también para su descendiente de 31 años?. En segundo término, queda claro que cumple a cabalidad su rol de padre, sin importar la edad de sus hijos. Eso dice mucho de él, y en hora buena que así sea. Pero eso no es tema de debate. Lo que sí, es el ejercicio de la función pública en uno de los cargos de más alto desempeño funcional: A dedicación exclusiva. Entendemos que una cosa es llevar al vástago a la oficina por diversos motivos (se puso mal de salud en el Colegio, o aquel día no tuvo clases y no hay con quien dejarlo/dejarla, etc.), y otra es trasladarlo en la comisión de servicios, con el consecuente riesgo que ello implica (algo sobre lo cual no se ha escrito, pues el cargo de Ministro de Estado per se conlleva riesgo de su propia vida, habiendo expuesto innecesariamente a su prole). Y, en tercer lugar, la consecuencia de sus actos. Por lo pronto, la Comisión de Fiscalización del Congreso de la República lo ha citado para este viernes, en tanto que la Fiscal de la Nación resolvió abrirle investigación preliminar por el presunto delito de peculado de uso.

Sobre esto último, la oenegera caviar Asociación Civil Transparencia refiere “En este caso, ocurre que se ha usado para trasladar a personas que no tienen nada que ver con el servicio público ni función pública ni han cumplido un rol vinculado a la función pública. Entonces, eso ya es irregular. Y de hecho, en el código penal se considera a ese tipo de situación como delito de peculado, el uso de un bien público para un fin que no es el que corresponde. Lamentablemente, esta es una práctica que se ve mucho en el Estado peruano”.

Es un hecho que Gavidia está contra las cuerdas. Legisladores de diversas tiendas políticas lo han criticado severamente, augurando inclusive su inminente salida del cargo. En sus manos está anticiparse a esta inevitable decisión; es decir, optar por lo más sano (o menos doloroso como se le aprecie), y así poder dedicarse a su labor parental ciento por ciento y poder decir a viva voz: “padre no hay más que uno”.

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