VIZCARRA, EL GOBERNANTE DEL MIEDO
Llegó
el coronavirus a nuestro país, con Mensaje a la Nación de bienvenida por parte
de Vizcarra. Días más tarde, precisamente en el Día Internacional de la Mujer, el propio Vizcarra declaró no
descartar evaluar la pena de muerte para violadores, propuesta que
fue desechada inmediatamente por sectores afines al mismo gobierno, pues
contraviene la adhesión al Pacto de San José, además de ser una medida de
galimatías pero vacuo, de las muchas a las que nos tiene acostumbrado el Dictador.
Como reseñó Gestión “La
indignación frente al alto nivel de violencia, ya sea contra niños, mujeres y,
en general, contra todos los ciudadanos, es real y requiere de las autoridades
una respuesta efectiva, pero sin populismo” (10.03.2020).
Del
endemoniado virus, sabemos que en China se han desacelerado los casos de
infección, mientras que en Europa la situación es diferente y extrema como en Italia,
donde se ordenó el cierre de todas las
actividades comerciales salvo los supermercados, las tiendas de alimentación y
las farmacias y parafarmacias (El País,
11.03.2020). Aquí, la pandemia ha sido detectada en quince pacientes;
sin embargo, llama la atención la inusitada respuesta del gobierno: cierre de
centros educativos (públicos y privados) hasta el próximo 30 de marzo, así como
cuarentena obligatoria a pasajeros (peruanos o no) que arriben a nuestra
capital desde países como Italia, Francia, España, y China, por catorce días.
En
tanto ello viene aconteciendo, solamente en lo que va del presente año se han
detectado cuarenta y nueve casos del síndrome de Guillain Barré en la región
Junín (Expreso, 10.03.2020), y
veintidós personas han fallecido a causa del dengue, con cerca de doce mil
trescientos notificados en especial en la selva de nuestro país (Gestión, 10.03.2020).
Sabemos
que Vizcarra aprovechará cada minuto que tenga en adelante para seguir ilustrándonos
como epidemiólogo sobre este flagelo, pues su discurso monotemático de “lucha
frontal contra la corrupción” ha resultado ser un rifirrafe, más aún con la “renovada
confianza” a los cuestionados ministros Lozada y Barrios, quienes se han visto
forzados a permanecer en el gabinete únicamente por coyuntura (el primero de
ellos con menos de una semana en el cargo), y ni qué decir del resto de
ministros donde reina la improvisación en su máxima expresión.
Conoce
también del desgaste de su Premier (Datum refiere que el 56% de encuestados considera
que ya debe marcharse), de su fastidio al intentar explicar asuntos espinosos
(por ejemplo, la apática respuesta sobre la designación de la señora Vilca como
ministra de Energía y Minas por encontrarse rehabilitada, a pesar de los
cuestionamientos de idoneidad para tan importante cargo). Aunque con todo esto,
no lo dejará ir, toda vez que ha resultado ser “un buen soldado” que da la cara
a la prensa sin ruborizarse.
Y,
sabe de la total inexperiencia de la nobel ministra María Antonieta, tratando
de explicarnos que no llegaremos al 4% de crecimiento previsto para este año precisamente
por el coronavirus.
En
suma, Vizcarra aprovechará esta lamentable coyuntura que nos toca vivir para
seguir liderando personalmente la lucha contra esta plaga mundial, inoculando
el temor en la población, y ocultando a su vez su propia incapacidad en el manejo
de los recursos públicos que es de todos los peruanos.
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