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Mostrando entradas de noviembre, 2021

LAS “CENTRALITAS” DE PEDRO CASTILLO

En enero de este año, el Poder Judicial sentenció a 35 años de prisión al exgobernador regional de Ancash, César Álvarez Aguilar, por el asesinato del exconsejero Ezequiel Nolasco Campos acaecido en marzo de 2014. Fue a raíz de este execrable crimen que los medios de comunicación, primero, y luego la Fiscalía, dieron con las atrocidades delictivas que estaban cometiéndose en esta parte del país, bajo las órdenes del hoy encarcelado Álvarez Aguilar. Por estos delitos, que van desde asociación ilícita para delinquir, peculado, violencia contra la autoridad, colusión, hasta lavado de activos, el Ministerio Público ha pedido 35 años de cárcel para el avieso exgobernador. Y ocurrió en Chimbote donde se ubicó el inmueble denominado “ La Centralita ” que sirvió como punto de reunión para que esta organización criminal planificase sus posteriores fechorías. Marx dijo alguna vez que “ La historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa ” ​

PEDRO CASTILLO Y EL INELUDIBLE CAMINO DE LA VACANCIA

La reciente renuncia forzada de Bruno Pacheco a la Secretaría General del Despacho Presidencial es el resultado de los múltiples escándalos de corrupción que viene acompañando la endeble gestión del actual mandatario, Pedro Castillo Terrones . Días atrás, los ex-Comandantes Generales del Ejército y de la FAP, pasados inmotivadamente a la situación de retiro luego de apenas tres meses en el cargo, denunciaron haber recibido presiones de Walter Ayala (entonces titular de Defensa) y Pacheco para ascender irregularmente a Oficiales que no cumplían con los requisitos exigidos en la ley. Más de una semana después de incertidumbre, Ayala se vio obligado a dimitir al puesto, siendo reemplazado por el defenestrado del sector Interior, Juan Carrasco Millones. En paralelo, se denunció que el propio Pacheco intentó - afortunadamente en vano - presionar al Jefe de la SUNAT para que favoreciera a allegados en litigios pendientes ante dicha entidad. Pero nada de eso era suficiente para que el profes

PREMIER CON LAS HORAS CONTADAS

Mirtha Vásquez Chuquilin llegó a la PCM luego del desastre (en mayúscula) provocado en reiteradas ocasiones por su predecesor Guido Bellido, quien en sus últimas apariciones televisivas se atrevió incluso a faltar el respeto al mandatario. Al ingresar, encontró como suele decirse la “valla bastante baja”. En apariencia, pues creyó que asumir tan importante cargo la convertiría en la principal, y acaso la única, consejera presidencial. Cuan equivocada estuvo. El primer escollo se dio en la quincena de octubre pasado y tuvo que ver con la presencia de Ricardo Belmont convertido de palabra en Asesor palaciego, de boca del propio Castillo. Como era de esperar, la verborrea del “hermanón” hizo que literalmente botase espuma al referirse a la Premier, tildándola de “caviar” y que si por él fuera jamás la hubiera designado en el puesto. A la yugular y sin anestesia . Tres días después, intuyendo que su designación oficial no prosperaría (requería la firma precisamente de doña Mirtha) ensayó

LA INCÓMODA VECINDAD DE PEDRO CASTILLO

En la vida tenemos la posibilidad de escoger entre varias opciones. Casi siempre. Una de estas excepciones se da al mudarnos de hogar y toca convivir con los/las vecinos/as. Es un albur, pues nunca sabemos con exactitud quienes son realmente esas personas que habitan al lado (o al frente) con las cuales compartiremos en la cotidianeidad. Bueno, Luis Barranzuela sí lo sabe. Y es todo un suertudo, o al menos eso creyó. Su vecina apareció ante las cámaras de televisión para dar cuenta que fue ella junto a su esposo los que ocasionaron el estruendoso bullicio por las celebraciones del día de la Canción Criolla, señalando con el dedo acusador al culpable: ¡ El parlante !. Con esta declaración, esta dama pretendió así eximir de toda responsabilidad al entonces ministro del tremendo juergón en su casa, a la que dicho sea de paso tuvo decenas de invitados, entre ellos el congresista Bermejo. De nada le sirvió, puesto que para la jefe de su vecino, doña Mirtha Vásquez, fue literalmente “la got